domingo, 6 de noviembre de 2016

Biografía de Jaime Sabines

Se fue el último de los amorosos
Artículo sobre la biografía de Jaime Sabines en Letralia

Jaime Sabines Jaime Sabines era la voz más representativa de la poesía mexicana contemporánea y uno de los escritores más importantes de Latinoamérica. Su muerte ocurrió a las 11:30 de la mañana del 19 de marzo, a causa de un tumor canceroso en el cerebro y otros problemas de salud que lo mantuvieron en constante lucha en los últimos tiempos, particularmente el último año, cuando tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones. Sabines era casado con Josefa Rodríguez Zabadúa —a quien cariñosamente llamaba Chepita— y tuvo cuatro hijos: Julio, Julieta, Jazmín y Judith.

Sabines, de 72 años, había nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 25 de marzo de 1926, hijo de Ruth Gutiérrez y Julio Sabines —un mayor libanés que, según el poeta, le leía Las mil y una noches en los ratos de ocio. Su carrera poética ya daba de qué hablar en sus años de estudiante, cuando recitaba poemas en la escuela, y más tarde, con la publicación de sus primeros textos poéticos en el periódico escolar El Estudiante. Pero su primer éxito en la poesía fue una travesura: le daban un premio por un poema titulado Fugas, escrito realmente por su hermano Jorge.

Después de interrumpir sus estudios de medicina en Ciudad de México, y de una corta estadía en Chiapas, regresa en 1949 a la capital para estudiar Lengua y Literatura Española en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam). En entrevista con Graciela Atencio, publicada en el diario mexicano La Jornada, dice respecto a su época en la Escuela de Medicina, que fue "un trauma" que lo lastimó muchísimo. "Cuando vine a estudiar a México tenía un concepto romántico de la medicina, pensaba que descubriría cosas. Luego me di cuenta de que hay que pasarse 25 años detrás de un microscopio para descubrir algo. No es cuestión de labor creativa ni nada, sino de paciencia y observación. La medicina me decepcionó, pero no podía salirme porque creía que mis padres deseaban tener un hijo médico. Ese fue mi conflicto, odiaba la escuela y era hasta una sensación física de rechazo la que me embargaba".

En esa época publica Horal (1950), su primer poemario, y La señal (1951). Tenía listo ya Adán y Eva, que mantuvo sin embargo en silencio hasta una década después. En 1952 vuelve a Chiapas, donde se hizo cargo de la tienda El Modelo, un expendio de telas de su hermano Juan. En 1956 publica Tarumba y recibe, en 1959, su primer premio, el Premio Chiapas una distinción que concede su estado a personajes de la cultura. En 1960 empieza a trabajar repartiendo alimentos con un camión en Ciudad de México, labor que le daría el sustento sin impedirle continuar con su producción poética, pues en 1961 publica Diario semanario y poemas en prosa. En la entrevista con Atencio dijo: "Desde el 59 al 80 pasé la mayor parte de mi tiempo en una fábrica de alimentos para animales, sólo mis ratos libres se los dedicaba a la poesía, pero la poesía nunca me dio de comer".

Tras la enfermedad que acabó con la vida de su padre, ese mismo año de 1961, Sabines escribe Algo sobre la muerte del mayor Sabines, que no será publicado completo hasta 1973. Por esos años publica Poemas sueltos y, en 1967, Yuria, del que Rosario Castellanos escribiría, en 1968, que el libro era un "poderoso monumento en que un hombre graba su protesta, su esperanza y su desesperanza, su sabiduría y sus oscuridades, aguardando a que venga el otro y lo descifre y lo comparta".

En 1970 Octavio Paz escribía de Sabines: "Es un poeta expresionista y sus poemas me hacen pensar en Gottfried Benn; en sus saltos y caídas, en sus violentas y apasionadas relaciones con el lenguaje (verdugo y enamorado de su víctima, golpea a las palabras y ellas le desgarran el pecho), en su realismo de hospital y burdel, en su fantasía genésica, en sus momentos pedestres, en sus momentos de iluminación. Su humor es una lluvia de bofetadas, su risa ternura en su aburrimiento, su cólera es amorosa y su ternura, colérica. Pasa del jardín de la infancia a la sala de cirugía. Para Sabines todos los días son el primero y el último día del mundo".

Sus siguientes libros fueron Mal tiempo, de 1972, y Otros poemas sueltos, de 1977. Además, veía crecer con los años un libro cuya última edición apareció en 1998, Recuento de poemas. En 1983, su país reconocería su trayectoria literaria al otorgarle el Premio Nacional de Letras.

Sabines también se involucró en la política, y bajo la bandera del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se convirtió en 1976 en diputado federal por Chiapas, responsabilidad que mantuvo hasta 1979, y volvería a ser diputado en 1988 por el Distrito Federal. Se situó en oposición al levantamiento zapatista, con el que no estaba de acuerdo, y en 1996 recogió enemistades cuando declaró desde Guadalajara que los chiapanecos involucrados en la revuelta servían de monaguillos al obispo Samuel Ruiz. Pese a sus problemas en la arena política, ese mismo año un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, con motivo de sus 70 años de edad, le puso frente a tres mil personas que quisieron escucharlo como poeta.

Sobre su paso por la política, Porfirio Muñoz Ledo declaró ante el féretro de Sabines: "Cometí el pecado de invitarlo a ser diputado hace 23 años, porque cuando estaba en el otro partido quería diputados externos, independientes, progresistas; por eso invité también al poeta Carlos Pellicer a ser senador por Tabasco. A lo mejor acerté, nunca supe, pero Jaime estuvo contento, la prueba es que después volvió".

El presidente de México, Ernesto Zedillo, al conocer de la muerte de Sabines, propuso velar el cuerpo en el Palacio de Bellas Artes. La viuda y los hijos del poeta se negaron; había exigido que, a su muerte, le trataran "como cualquier otra persona".

FUENTE ORIGINAL:

“Se Fue El último de Los Amorosos, Jaime Sabines.” 1996. Accesado Noviembre 7, 2016. http://www.letralia.com/67/ar01-067.htm.

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